Ingredientes
- 1 litro de leche
- 300 g de pasta fresca para lasaña
- 200g de costillitas de color
- 200g de zanahorias
- 200 g de coliflor en floretes
- 200 días de brócoli romanesco en floretes
- 100 g de burro
- 100 g de harina
- 100 días de pecorino rallado
- 100 g de cardo
- 50 g de hojas de nabo
- 2 alcachofas
- 1 más
- 1 cabeza de achicoria
- Sopa de vegetales
- aceite de oliva virgen extra
- Vender
- Nuez moscada
Duración: 1h30
Nivel: Mitad
Dosis: 8 personas
Picar coliflor y brócoli romanesco. Pelar las zanahorias y picarlas. Limpiar las costillas, el cardo, el puerro y la achicoria y cortarlos en tiras finas. Limpiar las alcachofas y cortarlas en rodajas.
marrón en una sartén con un chorrito de aceite de zanahoria con la coliflor y el brócoli durante unos 5 minutos, vertiendo en un cucharón de caldo de verduras. Salarlos. También sofreír la achicoria y el puerro durante 1 minuto, añadir el cardo y apagar a los 2 minutos. La sal. Finalmente, dore las alcachofas durante 2 minutos, agregue las costillas y cocine por 2 minutos más.
Calentamiento en un cazo la mantequilla y mezclar con la harina.
Añádete a ti mismo poco a poco la leche hirviendo sin dejar de remover. Cocine de 1 a 2 minutos para obtener una salsa bechamel. Sal y condimenta con nuez moscada.
Cocina las hojas de nabo, escúrrelas, exprímelas y mézclalas con la bechamel, que tomará un bonito color verde claro. Sal
subir la tarta en una sartén rebozada con bechamel, alternando lasaña, bechamel, verduras y pecorino, hasta llenar el recipiente. Terminar con una capa de bechamel y queso pecorino y hornear a 150 ° C durante unos 20 minutos, luego calentar a 180 ° C durante otros 10 minutos. Decorar al gusto con floretes de coliflor y brócoli.
A saber si quieres preparar lasaña, el cocinero te ofrece su fórmula, para una masa particularmente seca: mezcla 140 g de yemas de huevo con 185 g de harina. Trabaja la mezcla directamente con la laminadora: al estar muy seca, parecerá que no aguanta, pero gracias a la acción de los rodillos obtendrás dos o tres láminas muy gruesas. Envuélvalos en papel film y déjelos reposar en el frigorífico durante 1 hora. Luego vuelve a trabajarlas con la laminadora: verás que no necesitarás la harina, obtendrás hojas muy suaves y aterciopeladas, para dejarlas bastante espesas. Con esta masa conseguirás un lío firme, que se corta fácilmente sin colapsar.