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la receta tradicional de dulces típicos para el 2 de noviembre

Elaborado con galletas, azúcar y especias, el pan dei morti es un postre pobre y sobrio, adecuado para la ocasión para la que se prepara, las fiestas del 1 y 2 de noviembre. Se encuentra en las mesas de Lombardía y Toscana, donde se acompaña de vin santo

Es un dulce típico del norte de Italia, que se está preparando en Lombardía, especialmente en Milán, y en Toscana. El pan de los muertos se come la noche entre el 1 y 2 de noviembre, con motivo de la Día de Muertos (de ahí su nombre). Es un postre pobre y sobrio, considerando el aniversario para el que se prepara, y sus orígenes son muy antiguos. Dicen que se ha servido la primera versión en la antigua Grecia, elaborado con agua, harina y pasas y que se daba en honor a la diosa Deméter para asegurar una buena cosecha. En la tradición católica, el pan de difunto se acompaña de otros dos dulces, menos elaborados, que son los huesos y frijoles de los muertos. Cuenta la costumbre que los tres dulces son ofrecidos por los vivos a sus muertos, quienes, en la noche del 1 al 2 de noviembre, regresan a la tierra del más allá, enfrentados a un largo y agotador viaje.

Pan dei morti, una mala receta

Típica del mundo campesino, la receta del pan de difunto evocaba la necesidad de hacer un dulce rico y nutritivo con los ingredientes que tenía en casa, sobras de galletas de frutos secos. Con el tiempo, las versiones se han ido enriqueciendo con otros elementos, como el cacao y el vino, hasta que el pan de muerto se trasladó de las cocinas familiares a las de la mejor repostería.

La receta del pan de muertos.

Ingredientes

250 g de varias galletas ya desmenuzadas, 100 g de harina, 130 g de azúcar, 1 cucharadita de levadura de vainilla, 1 cucharada de cacao sin azúcar, 50 g de almendras peladas y picadas, 50 g de higos secos picados, 100 g de remojados y pasas prensadas, 3 claras de huevo sin montar, canela, vino blanco (dulce o seco) al gusto.

Procedimiento

En un tazón grande, combine todos los ingredientes y comience a mezclar, hasta obtener una mezcla suave y tersa. Divide la mezcla en trozos pequeños, dale forma y dale un forma ovalada y aplanada. Forre cada galleta en una bandeja para hornear forrada con papel pergamino y hornee en un horno precalentado a 190 ° durante 30 minutos. Cuando estén listas, sácalas del horno y espera a que se enfríen antes de comerlas.