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Sal en agua para pasta: ¿cuándo y cuánto?

¿Se debe salar el agua de la pasta antes o después de hervir? Quizás hasta hoy te hayan convencido las leyendas urbanas

Cuando se trata de pasta, los italianos tenemos creencias imposibles de erradicar. La elección del formato y las innumerables variaciones de los condimentos más clásicos son objeto de animadas discusiones, que a menudo se pueden atribuir a simples gustos personales. Sin embargo, hay un tema que puede explorarse desde un punto de vista más técnico, a saber, el salar la pasta.

¿Cuándo y cuánto se debe salar para una perfecta cocción de la pasta? Hay dos escuelas de pensamiento, pero antes de agregar sal, es bueno comprender cuán necesario es.

Cuánta sal entra en la masa: la proporción correcta

Hay varios factores que pueden afectar el sabor del platillo, como el tipo de sal, pasta y salsa que sazonará el platillo, sin mencionar las necesidades y preferencias personales.
Sin embargo, la regla de oro para una cocción perfecta está representada por las siguientes cantidades: 10 gramos de sal por 1 litro de agua y 100 gramos de pasta seca.

Cuando salar la pasta

La primera opción es salar el agua inmediatamente para no olvidarla más tarde. Más bien, la segunda tesis sostiene que agregar sal cuando el agua comienza a hervir le permitiría alcanzar la temperatura más rápidamente.

En realidad, cuando se agrega sal cuando el agua está hirviendo, la ebullición solo parece volverse más poderosa por un efecto físico de unos segundos y realmente no acelera el tiempo.

El debate también gira en torno a si el agua y la sal juntas (H2O + NaCl) tienen un efecto punto de ebullición superior al agua pura. Básicamente, el agua sin sal alcanzaría la temperatura más rápidamente y por eso no se debe salar hasta más tarde, para ahorrar tiempo y energía.
Esto se debe a que la sal está fría y, a su vez, debe calentarse para que la solución resultante hierva. Sin embargo, la diferencia de tiempo que se tarda en alcanzar la temperatura es insignificante: para ser precisos, la temperatura de ebullición aumenta en 0,17 ° C, por lo que el agua en lugar de hervir a 100 ° C hervirá a 100,17 ° C, o unos nanosegundos más tarde.

Parecería que poner sal en el agua del poste antes o después de hervir no hace ninguna diferencia. Definitivamente, si te importa proteger el tuyo sartenes, es mejor no agregar nunca sal al agua fría. De esta forma, la sal caería al fondo sin disolverse inmediatamente: al contacto con la parte más caliente, se formarían residuos más difíciles de eliminar, arruinando la olla.