Fiesta de origen pagano, Epifanía, ya antes de transformarse en el día de la veneración de los Magos y coincidiendo con la llegada de los Vieja bruja, representada para muchos pueblos viejos con el comienzo del nuevo año. Y los ritos se estropearon: ciertas poblaciones quemaron un pedazo de leña para exorcizar las privaciones del pasado, otras se sentaron a la mesa con sus animales de granja cerca para eludir que aprendiesen a charlar. Para los romanos, no obstante, entre finales de diciembre y el seis de enero, el dárselo a diane sobrevoló campos cultivados para hacerlos fértiles, trayendo frutos viejos o bien dulces como obsequio a los más pequeños. Por ende, resulta obvio que el alimento siempre y en todo momento ha jugado un papel esencial en las celebraciones de esta festividad. Y el día de hoy, ¿qué comemos en Italia el seis de enero?
Dulces del norte
En prácticamente todas las zonas, hay recetas tradicionales que prosiguen viviendo. Y muchos están vinculados a los ineludibles dulces en las mesas italianas. Dentro Piamonte, singularmente en la zona de Cuneo, jamás hay escasez de Fugassa de la Befana, un dulce de masa blanda que en forma se semeja a una margarita, que como todas y cada una de las viejas reliquias respetadas conserva una tradición muy original: en su interior se ocultan una alubia blanca y una alubia negra. Quien los halla, no obstante, no gana nada, a la inversa, paga una prenda por todos. El infortunado que captura el favorito el blanco, en verdad, es el que debe abonar el costo de la focaccia, el que consigue el frijol negro, se ofrece a tomar. Dentro Toscanaen cambio, prosiguen preparándose para la llegada de los magos al pesebre i Caballos de siena, galletas blandas con agua, azúcar, miel, frutas confitadas, anís, nueces y diastasa, y las llamadas befanini, galletas de mantequilla de cítricos y Ron, cubierto con granos de colores, propios de las zonas de Lucca y Viareggio.
Productos habituales venecianos y más
Alójate en el norte de Italia, en las cocinas de Veneto en el día de la Epifanía acá está pinsa, una suerte de pizza de polenta hecha con harina de maíz y frutos secos, al paso que en Lombardía, en la provincia de Varese, hay camellos de hojaldre, se cubren con azúcar ya antes de cocinarse. Yendo cara el Liguria te hallas con los anicini tradicionalesanexina en patois) galletas añosas servidas a lo largo de todas y cada una de las celebraciones navideñas acompañadas de un vino dulce en el que se empapaban, y en el donut des Mages, cubierto con fruta confitada, pasas y azúcar. Propio de la zona de Ancona, en el MercadoPor otro lado, son pecorelle, caramelos de hojaldre de diferentes formas y rellenos de mermelada, frutos secos, nueces picadas o bien higos secos.
La befana en la mesa del sur
Deslízate cara el sur, cara Abruzos Epifanía rima con pepatelli, galletas afines a los cantucci propios de la provincia de Teramo (y del Molise) preparado no solo para el seis de enero, sino más bien a lo largo de todas y cada una de las vacaciones, desde Navidad. Su nombre deriva de la receta, por el hecho de que entre los ingredientes se halla la pimienta negra, acompañada de miel, harina, cacao, almendras y cascarillas de naranja. Dentro Campania la preparación de la prima pastiera del año, y el tela, el postre se compone de muchas bolas de masa (elaboradas con harina, huevos, azúcar y licor de anís), fritas en aceite o bien manteca, bañadas en miel caliente y servidas juntas en un plato formando una rosquilla, para decorar por último con frutas confitadas o bien peladillas de colores. Dentro ApuliaFinalmente, están los purcidduzzi de Salento y el cartel de Bari, elaborado con una mezcla de harina, aceite y vino blanco seco de la que se consiguen tiras de masa que se moldean para formar una espiral, con un diseño que recuerda a una rosa, rico en pequeñas concavidades y también intersticios que, tras freír, deben recoger el vino cocido (o bien mosto) o bien higos cocidos. Dentro Salentocon una mezcla afín, conseguimos purcidduzzi, llamados anchestrufoli, en forma de pequeños ñoquis o bien cavatelli, de superficie llana o bien arrugada, que tras freír se sumergen en miel hirviendo entonces se ponen en un plato y se espolvorean con pepitas de colores.