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Pescara: cuando la Riviera se vuelve codiciosa

Entre una partida de remo y tomar el sol, en el camino marítimo de Pescase se puede comer en los balnearios que subliman y dan sabor a los peces del Adriático.

Definido como el R. de Janeiro del Adriático por la extensa y muy larga playa que atraviesa la urbe de norte a sur, mas asimismo por la tendencia de sus habitantes a las actividades deportivas al aire libre, Pescara Vive el camino marítimo todo el año. La temporada estival que termina de empezar ofreció como obsequio la primera Bandera Azul, concedida por la Fundación para la Educación Ambiental, que premia un mar limpio y servicios de calidad y, para quienes no pueden permitirse el alquiler de una sombrilla o bien tumbona, una pieza de eco-playa gratis en el centro con jardín de dunas y quiosco, financiado por la Municipalidad y los particulares.

La operación de bronceado con frecuencia incluye una parada más larga o bien más corta en los restaurants de los establecimientos de baño que ofrecen tanto menús para llevar bajo la palmera como cenas a la luz de las candelas tras el atardecer. Hemos escogido 5.

Fábrica de Hawaii, Viale de ella Riviera 154

Con un cuidado aspecto recién renovado y ciento treinta y uno palmeras que dan la bienvenida a turistas y residentes, el establecimiento hawaiano tiene una fuerte connotación lúdico-deportiva: cobija una tradicional escuela de candela, pistas de pádel y un gimnasio. Se puede comer allá al lado del mar, en la terraza (desde las dieciocho horas para el temtempié) y en el restaurant Mediterraneo, que ofrece cocina de pescado a base de pescados del Adriático. “Favorecemos las materias primas del territorio, desde la pasta artesanal hasta la guitarra, pasando por las verduras cultivadas en los cerros de Pescase, enfocándonos mucho en la calidad y presentación de los platos”, explica la anfitriona, Fabiola Laja. “Entre los platos crudos resalta el medregal, entre los primeros spaghettis con almejas o bien gnocchetti con anchoas, tomates secos y alcaparras. Los que comen en la playa escogen el habitual pescado frito consistente en bacalao, salmonete, usbane, cianchette ”. Una exquisitez candente desde quince euros por ración (info: trescientos setenta y cinco 5175508, abierto todo el año).

Fábrica de Belvédère, viale de ella Riviera 52

Gestionado con pasión por la familia Gaspari, nacida y criada en Borgo Marino, el restaurant Cala di Comunicante en Belvedere toma su nombre de la última gota de pescado fresco del día. Las cenas al lado de la piscina (ochenta asientos), con música de fondo suave, son muy reservadas. “Nuestra cocina está ligada a la marina de Pescara: desde hace muchos años administramos otro restaurant de pescado y nos proveemos en 2 navíos del puerto sur, Il Fabio y el Aldebarán”, explica Piero Gaspari. “Mi madre Jolanda regula el equipo de cocina: la receta de ravioles con ricotta y langostinos con calabacín y tomates cherry es de ella. Nuestro punto fuerte son los aperitivos: ofrecemos dieciséis géneros de vinos diferentes, fríos y calientes. Para el verano, cigalas, salmonetes, calamares, langostinos, sepias, carpacho de lubina y medregal son los maestros ”, destaca Gaspari que, entre los productos de la zona de Pescase, emplea el aceite de oliva virgen extra Dop de Loreto Aprutino y la Rustichella Pasta artesanal de Moscufo de Abruzzo. Coste medio: cuarenta y cinco-cincuenta euros, sin vinos (info: ochenta y cinco cuatro millones trescientos trece mil novecientos setenta y dos, abierto todo el año).

Fábrica de Nettuno, viale de ella Riviera 30

Glamoroso y atento a las nuevas tecnologías, el establecimiento con restaurant anexo al corazón palpitante del centro de la urbe atrae a familias y turistas de paso que deseen gozar de un día de relajación. Al descargar una aplicación, solicitas tu plato preferido que llega bajo la palmera con la mesa. Todo regado con una cerveza helada o bien una bici, el tradicional y atemporal refresco de vino. “La atención que se presta a los clientes del servicio es máxima y deseamos mimar a quienes escogen Nettuno para una comida veloz, para un temtempié (mariscada con 3 entrantes y un mixto por veinte euros, nota) o bien para una cena con música en vivo ( y después asimismo se puede danzar) «, destaca Stefano Cardelli, que lleva veinte años al frente del establecimiento ribereño.» Best seller en la carta, la chitarrina con salsa de carne con langostinos y cigarras de mar que acá llamamos stracciavocc ‘, seguida de gnocchetti con gambas y maltagliati con marisco, calabacín y tomates cherry ”. Coste medio: treinta euros, sin vinos (info: ochenta y cinco cuatro millones doscientos veinti mil quinientos cuarenta y dos).

Fábrica de Alcyone, viale de ella Riviera 24

Se ofrece como trattoria al lado del mar (con pizzería anexa) en el establecimiento ribereño homónimo frecuentado primordialmente por parejas y conjuntos de amigos, el bello restaurant dirigido por el chef de Pescase, Mauro Del Pizzo. Estacionalidad, territorio y tradición son el hilo conductor de la carta «menú corto» (tamaño mediano: treinta y cinco-cuarenta euros, sin vinos), donde geniales entrantes y entrantes con sabor a mar son geniales «. Desde el puerto de Ortona, el navío Uragano asegura nos las atrapas más frescas: langostinos, pulpos, sepias, calamares, caracoles, besugo, salmonetes y los habituales paparazze o bien almejas que se hallan cerca de los barrancos, pequeños y sabrosos ”, explica el chef, que solo emplea aceite de oliva virgen extra Aprutino-Pescase DOP, yerbas aromatizadas del interior, ajo colorado de Sulmona, pimientos dulces de Altino (info: ochenta y cinco treinta y cuatro mil doscientos noventa y siete).

Fábrica la Paranza, Matteotti sesenta y dos camino marítimo

La familia D’Anolfi ha dirigido este establecimiento tradicional desde mil novecientos cincuenta y ocho y Mum Donata aún inspecciona la cocina. El nombre procede de los viejos navíos de candela y acá el puerto del canal está a tiro de piedra, de la misma manera que Borgo Marino, el distrito histórico de pesca en la ribera norte del río Pescase. “El auténtico pescado frito, símbolo de esta porción de costilla, está formado por muchos peces pequeños: bacalao, salmonetes, anchoas, calamares, usbane. Se come con las manos y asimismo se puede tomar del pequeño quiosco anexo al restaurant que sirve exactamente la misma cocina (seis euros por bulto, nota) ”, explica Maurizio D’Anolfi. “Para los platos primordiales, no obstante, entre las especialidades locales resaltan la gallina (en Pescase, vocca ‘ngap, nota del editor), rape o bien rape, panocchie y cabezona para sopa, ragnolo y occhialine (la raza) para el brodetto” (info: ochenta y cinco veintisiete mil novecientos catorce, abierto todo el año).