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Módena: cómo comer en Bottura

Historiador (Casa Maria Luigia), atrevido (Franceschetta cincuenta y ocho), como fan de Rossa (Al Cavallino). 3 formas de comer Modena «a su» manera

Al final de mi relato “Con un tanto de ayuda de mis amigos”, el nuevo menú de Massimo Bottura en la Osteria Francescana de Modena, hice una cita a fin de que conocieses sus otras interpretaciones. 3 para ser precisos, deseando quedarnos en la urbe y su ambiente inmediato, por el hecho de que si en cambio nos mudáramos, a Florencia o bien Dubai, las cosas serían más difíciles cuando menos desde el punto de vista logístico. Mas proseguimos siendo, y es un enorme placer serlo, un Modena.

Y imaginemos que, como , son apasionados a el alimento del estado anímico. O sea que un día deseas comer con un conjunto de amigos, otro uno a uno; un día deseas vivir experiencias atrevidas, otro para ofrecerte un instante confortante, y otro para vivir un «gran restaurant». Y, en nuestro caso, siempre y en toda circunstancia con exactamente el mismo chef.

Como comer en Casa Maria Luigia

Así, a pocos quilómetros el uno del otro, Massimo Bottura ofrece diferentes cocinas y entornos. Supongamos, por servirnos de un ejemplo, que por contra, por qué razón no, ya antes de acercarse a su nueva y revolucionaria carta de Osteria Francescana, se quiere conocer los “clásicos”, esos que a lo largo de 25 años han marcado “su” camino. Con lo que a diez minutos del centro, mas ya en el green, hay Casa Marie-Louise, casa de huéspedes y restaurant. Como decir una casa de vacaciones en la urbe. En lo que fue los establos de una mansión campestre, ahora amueblada con mesas comunes y grandes obras de Damien Hirst en las paredes, se puede descubrir la enciclopedia de platos icónicos de Bottura, un paso esencial para conocer su cocina. 9 platos, de 3 horas y media de duración, el horario del internado (comenzamos a comer cuando han llegado todos y cada uno de los convidados, el costo es de trescientos diez euros. Los que llegan tarde se brincan los platos ya servidos), la cocina abierta que deja que prosigas todas y cada una de las preparaciones, entretenidas (y esenciales) la historia de la génesis de cada plato. Lo más locavore: El cinco temporadas de Parmigiano Reggiano en diferentes texturas y temperaturas; el más codicioso: La parte restallante de lasaña; el más colorido: Camuflaje, inspirado en Picasso; el más instagrammed: Ups, dejé caer mi pastel de limón, que es asimismo el más botturiano en el sentido de que se desprende exactamente de este percance ocurrido en la cocina. Pero: «la buena idea viene del fallo», afirma.

Casa Maria Luigia – Massimo Bottura con Jessica Rosval

Una parada en Franceschetta 58

Luego está el Franceschetta 58, hermana menor del franciscano, que en el panorama de la “gastronomía del humor”, puede ocupar múltiples momentos: almuerzo con amigos, uno a uno, desayuno de empresa; aniversario de la tía. En el sentido de que, por servirnos de un ejemplo, se puede seleccionar, en un espacio de gran belleza y alegría, entre la sencillez deHamburguesa (a su forma) y la sofisticación gustativa de Ravioles con yerbas amargas, manzanilla, ajo negro y queso de cabra, o bien la Mero cacciatore. La división de costos es espartana: doce entrantes, catorce primeros platos, dieciocho segundos platos. El uno por el otro. Y, para quienes visiten la urbe, aconsejo el fenomenal Me encanta modena, 7 lecciones por setenta y dos euros con citas en dialecto.

(tel. Giovanni Habib y Michele Ercolani)

Rápido como Ferrari

Y si quiere conjuntar un chef ahora legendario con un sitio todavía más legendario, vaya a Maranello en Cavallino, el restaurant fundado por Enzo Ferrari en mil novecientos cincuenta, renovado para hacer soñar a los entusiastas de los Colorados. Entre las aletas, las piezas del motor, las fotografías históricas y los recuerdos, te vas a comer los bestsellers de un emiliano: albóndigas fritas, tallarines con salsa de carne, cotechino allá Rossini, bagatela. El curso de 5 lecciones cuesta sesenta y cinco euros. Todo de calidad botturiana.