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el pastel tan ligero y elegante como una bailarina

Una tarta con una curiosa historia hecha a base de merengue y relleno de nata y fresas, muy refinada y simple de preparar

La comparación entre uno puede parecer peligrosa pastel es un bailarina. Habitualmente, este es efectivamente el caso, mas si es el Pavlova caemos en casos donde la salvedad confirma la regla. En verdad, la receta de este postre procede de una bailarina rusa, Anna Pavlova, a quien, a lo largo de una vira por Australia en la década de mil novecientos veinte, un repostero llamado Litera sachse, dedicó este pastel. ¿Por el hecho de que ?

por qué forma y ligereza de este bizcocho -que si bien esté a base de merengue prosigue siendo suave por la parte interior merced a la nata y las fresas- recordó a su autor en todos y cada uno de los aspectos a la bailarina que bailaba con él Grazia y refinamiento en escena. La inspiración jamás ha sido más justa: el pastel Pavlova verdaderamente semeja una bailarina que baila suavemente, vibra cara arriba y aterriza suavemente en el suelo.

Pavlova

La receta de Pavlova

Será considerablemente más simple que hacer un ballet de nivel Pavlova: el Receta en verdad, es bien simple y los pasos de preparación asimismo son convenientes para aquellos que no están muy familiarizados con la pastelería.

Ingredientes

400 g de fresas
200 g de nata fresca
200 g de azúcar de vainilla
4 claras de huevo
vinagre blanco
almidón más

Procedimiento

Comience a hacer el pastel Pavlova batiendo las claras de huevo, con una cucharada de vinagre blanco, en un recipiente suficientemente grande. Sería mejor emplear batidores en tanto que la mezcla debe transformarse en una masa muy espumosa mas con buena habilidad se puede conseguir exactamente el mismo resultado con un tenedor.

Continuar mezclando y agregando – poquito a poco – el azúcar de vainilla (dejando una tercera parte para la guarnición) y la maicena (es suficiente con una cuchase). Recuerda entremezclar siempre y en toda circunstancia de arriba abajo para eludir desmontar la mezcla.

Cuando la mezcla esté homogénea y sin grumos, extender el merengue en una hoja de papel de horno de un diámetro de unos veintiocho cm y dejar una cavidad en el medio, entonces se empleará para el relleno.

Hornea el merengue en el horno a ciento treinta ° a lo largo de unos setenta minutos, debe quedar restallante por fuera y suave por la parte interior. Retirar de manera cuidadosa del horno y dejar enfriar.

Ahora corta la mitad de las fresas que tienes libres en pedazos pequeñísimos y cocínalas con la mitad del azúcar de vainilla que queda en un cazo con un tanto de agua. Van a estar listos cuando se ablanden. Entonces retíralas del fuego y déjalas enfriar en el frigo.

Montar la nata con el resto del azúcar de vainilla y decorar el merengue enfriado. Tras agregar la nata, le va a tocar el turno al coulis de fresa, verterlo asimismo sobre el merengue. Corta las últimas fresas por la mitad y decora la parte superior con la Pavlova.

Consejos para servir la Pavlova perfecta

Puede conseguir azúcar de vainilla guardando el azúcar en un recipiente con vaina de vainilla abierto.

También puedes preparar el merengue en la base de la Pavlova. El día antes, se sostendrá a la perfección.

También es un postre para comer frío, la tarta Pavlova es perfecto para todas y cada una de las temperaturas.

Probado inmediatamente, Pavlova sabe mejor, mas se puede guardar nevera (máximo un par de días) o bien congelador (quizás ya cortado en rodajas). En el segundo caso, déjalo pasar por lo menos treinta minutos ya antes de consumirlo.

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