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Destino Liguria – Cocina italiana

De Levante a Comunicante, la costa está resguardada por montañas y con vistas al mar, y con el sol de forma inmediata semeja primavera. ¿Pasear entre los olivos o bien paciugo en la plaza? #ViajesconLCI

Nunca debe opinar a los pedantes anti-ligures, que se quejan del número excesivo de lombardos y piamonteses. ¿Está prohibido tener la ocasión de un buen sitio para el fin de semana? Unas horas en el turismo y estás en una fotografía en color: mar de azul a verde esmeralda, cielo azul, matorral mediterráneo verde obscuro.

La Liguria, hay que aceptarlo, es uno de los lugares más preciosos del planeta. Te subes al Monte de Portofino y te hallas en el silencio de la naturaleza, entre los olivares y la vista del Golfo de Tigullio y en el de Paradiso, y no hay mejor metáfora para describirlo. Entonces desciendes a la «piazzetta» más chic de Italia, e inclusive a un pan tostado es un paciugo (helado, cerezas, fresas y nata montada) se reconcilian con la Dolce Vita, mientras que reconocemos a ciertos VIP que pasan, asimismo en mangas de camisa y zapatillas deportivas. Y es de esta forma en todas y cada una partes, desde la frontera con la Costa Azul en el Oeste hasta la de Lunigiana en el Este. Un camino marítimo ininterrumpido, donde se alternan villas millonarias, megayates más altos que las casas, veleros dispuestos para el Mundial y fincas solitarias al filo de la ermita donde alguien escoge regresar a una vida esencial, en contacto con la tierra rodeada de grandes espacios, preservando la vocación de la hospitalidad con pequeñas habitaciones.

Eso es adecuado, el playas son uno tras otro, organizados y especializados: hay uno para perros, uno para buceadores y otro para bucear. Acostumbran a ser sucursales de los salones de la urbe y son más frecuentados por motivos sociales que por motivos ribereños. De Final a «Papá Noel» (Margherita), dar Porto Venere todo 5 tierrasSin embargo, asimismo existen todas y cada una las razones por las cuales Liguria se halla entre los destinos más soñados del planeta. Los estadounidenses y australianos están hipnotizados por la enternecedora belleza de las fotografías con las olas rompiendo en las coloridas casas aferradas a la montaña.

Pero la conquista terminante ocurre cuando llegas allá. ¿Quién va a olvidar el fragancia de fougasse baja y restallante fuera del horno a Génova o bien el que tiene queso de Recco? ¿Y de qué manera puedes resistirte a un plato de pesto trofie mi ligaduras de conejo en los menús fijos de las posadas históricas del interior, ahora más preocupados por la calidad: esto lo prueba La Brínca, a Ne, que termina de percibir el premio Michelin sumiller. El renombrado Sciacchetrà asimismo vale la pena el desvío pues es un vino heroico cosechado a mano en terrazas robadas de las montañas con vistas al mar. En suma, hay un montón de gratos recuerdos para coleccionar, aun pescar en Ostras de Porto Venere y la degustación de raro Vermentino de la duquesa de Westminster. Como afirmó De André, «el pescado blanco frito de Portofino» siempre y en toda circunstancia está libre.