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De insectos a algas, alternativas proteicas a la carne

Tras el dictamen conveniente de la EFSA, los Estados miembros de la Unión Europea terminan de autorizar la comercialización, como comestible, de la polilla de la harina. Mas no todo el planeta está dispuesto para probarlo.

I gusanos de la harina amarillos, secos, se transforma en un tentempié, mas asimismo se puede usar como ingrediente para la preparación de comestibles proteicos, galletas o bien productos de pasta: tras una estricta evaluación científica por la parte de EFSA, la Autoridad Europea de Seguridad Alimenticia, está llegando el O.K. de los estados miembros a propuesta de la Comisión Europea. Los insectos son reconocidos como una fuente opción alternativa y sustentable de proteínas, calificados por la FAO como «saludables y enormemente nutritivos, ricos en grasas, proteínas, vitaminas, fibras y minerales». Qué piensas de insectos como opciones alternativas proteicas?

Millones de personas en el mundo entero ya consumen vermes todos y cada uno de los días. Conforme una investigación publicado en el European Journal of Clinical Nutrition, «los insectos poseen valores entre nueve con noventa y seis y treinta y cinco,2 gramos de proteína por cien gramos, en frente de dieciseis con ocho-veinte con seis para la carne».

Sin embargo, aquellos que no se sienten dispuestos para probar con insectos en su plato tienen múltiples opciones alternativas proteicas a la carne. Las proteínas, tras el agua, forman la mayoría de los tejidos: son uno de los primordiales nutrientes esencial en la alimentación humana. Tienen una función eminentemente plástica (se emplean para el desarrollo, conservación y restauración de células) y, en menor medida, energética.

Alternativas proteicas, aparte de insectos

Legumbres Son una genial fuente de proteínas: poseen más del doble que los cereales e inclusive más que la carne, si bien de menor calidad. En verdad, no todas y cada una de las proteínas son iguales: las de origen animal se definen como completas, pues una sola ración es capaz de cubrir por completo las necesidades proteicas del organismo. Las proteínas de ciertas fuentes vegetales, como las legumbres, por otra parte, se definen como incompletas: una sola ración no cubre las necesidades del organismo, y para conseguirlo, se debe ingerir otra fuente de comestible en conjunto. Para progresar la calidad de las proteínas y acrecentar la asimilación de aminoácidos, es bueno conjuntar legumbres con cereales (“suplementación proteica”): fuera con platos habituales tradicionales, como pasta y frijoles o bien arroz y verduras. Además de esto, una porción al día ayuda a reducir los niveles de colesterol.

Fruto seco. Encabezando el ranking de las frutas más ricas en proteínas están los piñones, con treinta y uno gramos por hectogramo, seguidos por los cacahuetes (que realmente son legumbres, mas se consideran frutos secos pues los valores nutricionales son afines), veintiseis, almendras, veintidos, pistachos, dieciocho, anacardos, quince y avellanas, ciento treinta y ocho.

Algas. Las microalgas representan una de las fuentes de proteínas más prometedoras. Particularmente, cien gramos de espirulina, empleada a lo largo de siglos como comestible en Asia, poseen cuando menos sesenta gramos de proteína, un porcentaje que no se halla en la carne ni en otras fuentes vegetales. Asimismo es rico en provitamina A, calcio, magnesio y hierro.

Soja. En contraste a otras legumbres, la soja es una proteína completa, equiparable en calidad a la proteína animal, mas es baja en grasas y asimismo contiene fibra y hierro. Comer veinticinco gramos de proteína de soja al día, en vez de carne, puede asistir a reducir los niveles de colesterol.

Quinua. No es la cantidad de proteína que contiene lo que se aprecia, sino más bien el tipo: en contraste a los granos, la quinoa contiene todos y cada uno de los aminoácidos esenciales que se hallan en la proteína animal. Y puede ser un buen substituto del arroz y la pasta.

Alforfón. No es un cereal, mas se puede moler hasta transformarlo en harina. Además de esto, tiene una composición próxima a la del trigo. Mas, en comparación con este cereal, aporta considerablemente más proteína (más de doce gramos por hectogramo), que tienen un mejor valor nutricional, pues son ricas en aminoácidos esenciales. La ingesta calorífica asimismo es afín a la de los cereales: cerca de trescientos catorce calorías por cada cien gramos.

Leche y derivados. La leche, el queso e inclusive el youghourt son geniales fuentes de proteínas y asimismo poseen calcio, que es valioso para la salud ósea. El youghourt heleno, particularmente, contiene el doble de proteínas en comparación con el youghourt «tradicional» (en doscientos veinticinco gramos hay unos veintitres gramos) y menos carbohidratos: asimismo es conveniente para quienes prosiguen una dieta baja en azúcar.

Huevos. Un huevo grande aporta prácticamente seis gramos de proteína. Es un comestible bajo en grasas sobresaturadas, que además de esto aporta múltiples vitaminas del conjunto B, entre ellas B6 y B12, tiamina, riboflavina y ácido fólico.

Seitán. Se consigue del procesamiento de harina de cereales, como el trigo o bien otros cereales, apartando el almidón de la parte proteica, el gluten. Es bajo en calorías: contiene ciento veinte calorías por hectogramo y dieciocho% de proteínas. La deficiencia de lisina, un aminoácido que se halla en muchas proteínas, puede compensarse de forma fácil con otras fuentes de proteínas, como legumbres, huevos y quesos.

Tofu. Está compuesto por agua, soja amarilla y nigari, lo que da como resultado la cuajada de pulpa de soja: consigues un producto que contiene mucha proteína (cincuenta y cinco%) y pocos hidratos de carbono. Y solo ochenta-cien calorías por libra. Con tofu es bueno servir cereales, que tienen una composición complementaria de aminoácidos.

Tempeh. Es un producto fermentado elaborado desde soja amarilla. La enorme cantidad de proteínas le ha valido el nombre de «carne de soja». Es bastante alto en calorías: contiene cerca de ciento noventa calorías por libra y un treinta y cinco% de proteína.