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Croffle: el brioche en el plato. Receta

Medio gofre, medio croissant es tan bueno para el desayuno para el brunch. Desde Irlanda hasta Corea, ya ha efectuado giras por el planeta. Y ahora ha llegado a Milán. Mas asimismo puedes hacerlo en casa: es sencillísimo

Una vez estuvo el cruffin, entonces el tiempo de los cronuts, mas ya has oído charlar del croffe? Los cruffins eran mitad media luna y mitad muffin, donde la masa se dejaba subir y después se enhornaba en un molde para muffins. Cronuts de croissant con el orificio en el medio, con forma de rosquilla. Croffle, la enésima tendencia en la Red (o bien, mejor, en las redes sociales), ahora asimismo ha llegado a Milán. Los estadounidenses dirían: “¡Es una cosa! », Esto es que es una moda. Y en verdad, este deleite tiene todas y cada una de las letras de nobleza para estar ahí. Panecillo el más deseado del instante.

Inventor irlandés de croffe

Parece haber sido inventado por un repostero irlandés en dos mil diecisiete, Louise lennox, que seguramente no imaginaba tal éxito. En cambio, acá está, este exquisito croissant que es tan simple de cocinar (aun de reproducir en casa) como agradable y polivalente. Louise dice: “La comida se nutre de tendencias incesantes. Siempre y en todo momento precisas algo nuevo, y el croffle es inusual, una de esas cosas que esperas en la tienda para poder comértelo ”. No es más que un croissant crudo que se pone en una plancha para gofres, se enhorna a lo largo de unos minutos por cada lado, dando como resultado una masa muy restallante y caramelizada, con un sabor grasoso inigualable y una textura hojaldrada, y el habitual colador de gofres belgas. . En escaso tiempo, el croffle se despobla en las reposterías de todo el planeta y se redescubre como protagonista de desayunos, brunch y meriendas muy respetados.

De Godiva, en una versión sabrosa.

La novedad es forma y sustancia

¿Qué hay nuevamente? La manera, sí, primero. Mas es el sabor lo que no olvidamos, y los amantes de la pastelería francesa seguro que lo habrán entendido. En verdad, la masa se combina con cualquier relleno, desde dulce hasta salobre, con la posibilidad de llevarlo a la mesa prácticamente a cualquier hora del día. Es ideal para el desayuno, humectado con pastas para untar y nueces picadas o bien aun con jarabe de arce y fruta fresca. Para los amantes de las recetas salobres, no obstante, se puede localizar acá a la hora del brunch vestido con guacamole, rúcula y salmón. No hace falta decir lo bueno que está cortado por la mitad, recién salido del plato y relleno con queso cheddar y tocino, entonces cubierto con un huevo frito. Mas si deseas crear la facción tradicionalista del croffle (o bien croiffle, puedes anotarlo de todos modos), has de saber que asimismo es genial en su simplicidad con solo un pellizco de azúcar glas y acompañado de un capuchino. Proseguirá siendo la apoteosis del placer.

De Londres a Corea, donde se puso de moda

En Londres, la repostería Godiva (una vieja tienda de praliné belga) aun ha dedicado una sección completa de su menú al croffe, libre en diferentes y exquisitas alteraciones para todos y cada uno de los gustos. Mas asimismo son fuertes en Estados Unidos: en Queens, N. York, la panadería Croffle House se especializa en vender este manjar. Entonces está Corea, que ha hecho su parte para hacer de la croffle realmente “global” y súper urbe. El país es un hervidero de tendencias gastronómicas reales, y hoy día no hay café que se precie que no te ofrezca un plato de pasta. Lo prefieren con nata montada levemente dulce y fruta fresca, amantes de los postres levemente dulces. Y sobre todo, a ellos el mérito de haberle dado la visibilidad que se merece, de transformarlo en una estrella de Instagram: fotografías, carretes y vídeos con el protagonista del croffle te hacen la boca agua. A Milán, la barra KAPE lo ofrece con los indispensables tés de burbujas.

Como hacerlo en casa

Puedes reproducirlo en casa, es veloz y fácil: solo precisas tener un buen plato de gofres antiadherente y adquirir croissants congelados, probablemente de genial calidad. Tras descongelarlos a lo largo de la noche en el refrigerador, asarlos crudos por la mañana a lo largo de unos minutos por cada lado y después untarlos con Nutella (o bien mermelada o bien jarabe de arce, por servirnos de un ejemplo). Se sirve la nueva tendencia gastronómica, más dulce que jamás.

Texto con la cooperación de Roberta Calamia