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Aún así, Gussie no es una persona que se rinda. Decidió estar más cerca de su familia, en parte para poder pedir su ayuda de niñera mientras tomaba el tren al otro lado de la ciudad para sus clases de colegio comunitario. Gussie también tuvo que poner trabajo en su apretada agenda. "Tuve que regresar y comenzar a trabajar porque, por supuesto, cuando tienes un hijo, tienes que alimentarlo de alguna manera", bromeó Gussie.
Justo cuando Gussie pensó que su nueva rutina había terminado, la vida lanzó otra bola curva: el nacimiento de su segundo hijo. Sin mencionar los dos despidos, la ejecución hipotecaria de su casa de Chicago, un traslado a Georgia y la muerte de dos familiares cercanos que siguieron. Eso sería suficiente para desanimar a cualquiera, pero no a Gussie. Más de 10 años después de comenzar la universidad, Gussie estaba decidida a graduarse finalmente.
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