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Bigoli en salsa da la vuelta al mundo

Treviso, la villa de Madrid, Sydney: los bigoli de Daniele han recorrido el planeta, logrando que todos estén conforme. Merced a su papá y a una batidora de mano.

Parte por Roncade (en la zona de Treviso) y acaba en Australia la receta de este entrante sabroso y sabroso, contada por Daniele Crozzolin, 28 años, dietista y toxicóloga, trabajo en una multinacional de comestibles y pasión por la cocina. “Gran tradicional de las familias venecianas, yo bigoli Soy un adepto al trabajo de mi padre. No cocina mucho, mas ciertos platos son verdaderamente buenos para él. Con nosotros, la Navidad y la Pascua están sancionadas. Yo, en cambio, los preparo para los amigos o bien en el momento en que me invade la nostalgia: hace diez años que no vivo con mis progenitores. Mientras viví en la villa de Madrid, para preparar mi tesis, y en la ciudad de Sydney a lo largo de un año: mi madre Ángela medró allá.

Cómo hacer bigoli en caldo cuando estás en el extranjero

Para darle un toque australiano, mezclé la cebolla con un poco de Sauvignon blanco, typique du sud du pays». Et ils ont aussi beaucoup aimé les antipodes : « Une fois, à Adélaïde, on les mangeait avec des baguettes : il n’y avait pas assez de fourchettes alors, dans ce groupe international de gamins qui sont allés du Vietnam à la Colombie, on s’est débrouillé. Et les bigoli ont disparu en un instant ». En plus du vin (« Bon, s’il te plait ! »), le secret, révèle Daniele, est de se fondre con un licuadora de inmersión una parte de la salsa añadiendo un cazo del agua de cocción. “En la villa de Madrid, le enseñé al directivo de mi laboratorio de qué forma hacerlo: persuadió aun a los incrédulos de la pasta. ¿No hallas el bigoli? Puedes conformarte con spaghettis o bien, en el caso de urgencia, bucatini ”.

Ingredientes para dos personas

150 g de bigoli
40 g de filetes de anchoa en aceite 1 cebolla dorada pequeña
Vino blanco seco
Aceite de oliva virgen extra
Venta

Procedimiento

Cortar la cebolla y rehogue suavemente en una sartén con una fina capa de aceite. Agregar luego 1 vaso pequeño de vino blanco y diluido con dos cucharones de agua hirviendo, sosteniendo el fuego bajo. Cuando el agua se haya secado, agregar las anchoas y un tanto más de agua hirviendo; cuando las anchoas se hayan fundido, apaga el fuego. Poner para cocinar el bigoli: sazonar el agua menos de lo común, por el hecho de que la salsa ya va a estar sabrosísima. Transferir ¾ de la salsa en un bol, verter 1 cucharón del agua de cocción de la pasta y entremezclar con una batidora de mano. Enciende nuevamente Calentar bajo la sartén con el resto de la salsa, añadir el bigoli, escurrido al dente, y la salsa machacada. Repartido los bigoli en los platos y sírvelos, probándolos con un buen prosecco, como aconseja Daniele.