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La cocina de la condesa – Cocina italiana


Incluso en la edición de abril de La Cucina Italiana, teníamos demasiadas historias que contar. Uno particularmente que guardamos como piscolabis de lo que hallarás más adelante en el diario.

También en la edición de abril de comida italiana teníamos demasiadas historias que contar. Uno particularmente que guardamos como piscolabis de lo que hallarás más adelante en el diario. Hablaremos de Losa rosa Chiase Modìca Donà, Noble veneciano, radicando en el palacio del mismo nombre en Fondamente Nove, cara la laguna.

Mirándolo desde fuera, lo imaginamos poblado por damas y caballeros con lujosos vestidos y bailes de máscaras. En cambio, está habitado por una familia moderna, que hace las cosas rutinarias normales. Aparte de letrada, coleccionista de arte, mecenas, la condesa Chiase vive en el palacio con su marido Francesco, 2 pequeños y 3 gatos, y le chifla prepararles buenos desayunos, con la incalculable ayuda del señor Dib.

La cocina, en la planta baja, es una mezcla de elementos contemporáneos, entre ellos 4 hornos profesionales, piezas de temporada como la campana, escala de hierro, mortero, obras de arte y fotografías, y los azulejos azules de las paredes son los escogidos por La abuela Clelia para dar una chispa de novedad, en los años ochenta. En una esquina se hallan los aromas – romero, salvia, cebollino, albaca – ingredientes esenciales.

En este gran espacio se preparan recetas históricas, recogidas a lo largo de generaciones en un libro hermoso con dosis y procedimientos escritos a máquina en papel de seda, y las del manual privado que Chiase actualiza desde mil novecientos ochenta y ocho, con platos austrohúngaros como su principesco. sangre, los de Donà Dalle Rose, y los que se degustan en el mundo entero, merced a su vida llena de encuentros y viajes.

Entonces, ¿cuáles son los platos para ocasiones singulares? Huevas de salmonete condimentadas con piñones, aceite de Belice y pan rallado; risotto con granada y taleggio; pavo con ciruelas; Pastel de Sacher con frambuesas. Solo ejemplos de miles y miles de posibles opciones alternativas.

Comemos en el comedor, anexo a la cocina. Este espacio donde ya antes los criados comían y se agrupaban, en grandes alacenas de madera, platos, vasos y cubiertos y ropa blanca, ha sido liberado, restaurado y actualizado, transformándose en el sitio íntimo para almuerzos con familiares y amigos próximos (para recepciones formales en cambio, hay son 2 comedores, nota del editor).

En el fondo, tanto en la cocina como en el comedor, 2 giradiscos tocan cuarenta y cinco y treinta y tres de música tradicional y jazz. Una de las múltiples compilaciones de la cuenta Donà delle Rose.